jueves, 9 de febrero de 2017

Siempre de pie


Siempre de pie

El otro día, descubrí el test “Bechdel”, una prueba sencilla que analiza la presencia de las mujeres en las películas de cinema. Y las dos películas que vi la semana siguiente (una para público adulto, uno para público familiar) no lo pasaron en absoluto.

El test Bechdel nos demuestra, con tres sencillas preguntas (1- ¿hay al menos dos mujeres en la cinta?; 2- ¿hablan entre ellas?; 3- ¿de algo que no sea un hombre?), que prácticamente todas las películas que vemos dejan a las mujeres fuera de la historia o, [..] las normalizan en su papel de novias, madres o esposas que no tienen ningún tema que hablar con otras mujeres salvo de los hombres. [1]
Parece demasiado sencillo, casi ridículo de sencillez, pero NO, como ya os podéis imaginar, muchas películas no pasan la prueba.

Hace años que voy diciendo “estoy harta de ver películas de hombres”. Y busco con deseo películas que hablan de otros temas o desde otra perspectiva, muchas veces dirigidas por mujeres. Lo que era un sentimiento entonces es una triste pero cierta realidad.

Ahora he encontrado este test, y unos datos precisos me empujan a escribir sobre una urgencia. Sí, porque es urgente.

Con la visibilización de las mujeres deseo cuidar varias cosas: 1. Que no se trata de victimizar a nadie, sobre todo nosotras mismas. 2. Tampoco se trata de hacer visible para quejarse 3. Ni de culpabilizar a nadie en particular. SE TRATA DE HACER VISIBLE. Porque hay un deseo de mostrar unos trabajos, unos seres, unas maneras, de subir a los escenarios, en las editoriales, detrás de las cámaras.

Este visibilización es un gesto que viene de la conciencia de que la desigualdad entre hombres y mujeres existe: desigualdad de oportunidades, de derechos, de trato, desigualdad en las relaciones, desigualdad social, económica, ..

Además, últimamente más que nunca, la visibilización de la violencia (moral, 
física, pero también simbólica) de algunos hombres hacía las mujeres se hace necesaria, es una cuestión de supervivencia.
Tomemos consciencia y hagamos visibles también los tópicos y prejuicios para rechazarlos, o evidenciémoslos para luchar mejor en contra.

Pero sobre todo: pongámonos de pie, siempre, para luchar por la igualdad. No por la igualdad de sexo, porque los sexos no son iguales. Pero por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Pongámonos de pie para re-inventar las relaciones entre mujeres y hombres.



[1] http://www.pikaramagazine.com/2016/07/el-test-bechdel/